Término que proviene del verbo en inglés «to mob», que podría traducirse algo así como acosar, molestar, linchar, e incluso, atacar en masa.
Hay quién lo confunde y se refiere a este tipo de acoso psicológico en el ámbito laboral como Bullying, otro tipo de acoso, físico y/o psicológico, pero que este último se da en el ámbito escolar.
Ya se adelantó en una publicación anterior, cuando se habló del Burnout, que el mobbing es otro de los principales trastornos relacionados con causas laborales, junto con el estrés laboral.
Según las investigaciones llevadas a cabo para estudiar los efectos causados por el mobbing, indican que aquellos quienes lo sufren ven reducida su salud física y psicológica, al mismo tiempo que el bienestar y la eficiencia en el trabajo de otros empleados se ven afectados. Unido a esto, añadir que se ve incrementado en indice de absentismo y bajas por enfermedad, lo que supone un alto coste económico para las empresas.
Heinz Leymann, psicólogo alemán, lo define como «aquella situación en la que una persona o grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente, sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo».
Desarrollando un poco más este concepto, para que sea sistemática ha de darse al menos una vez por semana y ser algo continuado en el tiempo, mínimo durante 6 meses, lo que nos daría el supuesto de que es recurrente.
Podríamos preguntarnos qué es lo que busca realmente la persona, o grupo de personas, que llevan a cabo este acto de acoso. La respuesta es obvia, no sólo se trata de hacer la vida imposible en el ámbito laboral a su víctima, sino de llegar a la finalidad de que esta termine por abandonar el lugar de trabajo. Para conseguir este objetivo, al acosador no le importará llegar a destruir la reputación de su víctima e incluso interferir de manera negativa en la actividad que esté desarrollando.
¿Cómo indentificar una situación de mobbing?
Tal y como se ha especificado antes, el mobbing no es un hecho puntual y único. Tiene que ser una situación, una conducta hostil, que se repita varias veces y durante un período de tiempo determinado. No basta que alguien insulte o menosprecie a otro compañero/a en el trabajo una única vez, o varias pero muy alejadas en el tiempo. No hace falta decir que aunque esto último no se considera mobbing, tampoco está bien que se dé en el lugar de trabajo (ni fuera tampoco).
Por lo tanto, como se puede identificar que se está dando una situación de mobbing en nuestro entorno laboral, pues cuando observamos que el supuesto acosador tiene una conducta hostil hacia su víctima. Es decir, tiene la intención de dañar y su conducta es reiterada y continuada en el tiempo. No tiene intención de parar hasta conseguir que la otra persona termine abandonando la empresa.
El mobbing no entiende de posiciones jerárquicas. Lo mismo puede darse entre compañeros del mismo rango, como venir dado desde posiciones jerárquicas superiores.
Acosador vs. Acosado
El acosador reúne una serie de características tales como narcisismo, mediocridad profesional y ausencia de culpa, entre otras. Su objetivo no es solamente conseguir que su víctima abandone el trabajo, sino que con esto pretende acceder al poder o mantenerse en él, ya que se estará quitando de encima a «un rival potencial» para lograrlo.
El investigado británico, Tim Field, reunió una serie características propias que se pueden encontrar en un acosador:
- Personalidad Jekyll y Mr.Hide. Violento con la víctima en privado, encantador con el resto de compañeros.
- Mentiroso.
- Falsa apariencia de seguridad.
- Actitudes inapropiadas.
- Controlador.
- Crítico con respecto a los trabajos de los demás.
- Irritable.
- No asume las culpas.
El acosado, según algunos autores, suele identificarse con personas sensibles y vulnerables. El profesor de psicología Iñaki Piñuel va más allá y describe la tipología de los posibles acosados:
- Personas con elevada ética, honradez y rectitud.
- Autónomas, independientes y con iniciativa.
- Altamente capacitadas por su inteligencia y aptitudes.
- Populares o con carisma para liderar grupos.
- Alto sentido cooperativo y de trabajo en equipo.
- Empáticos, sensibles e interesados por el bienestar y desarrollo de los demás.
- Personas con un entorno familiar o personal positivo.
El autor González de Rivera establece tres tipos de sujetos con riesgo a padecer mobbing, siendo estos catalogados como:
- Envidiables: Son personas brillantes y de éxito que con su presencia amenazan los sentimientos de superioridad del acosador. El acosador suele ser un superior.
- Vulnerables: Personas con alguna peculiaridad o defecto o simplemente necesitados de afecto y aprobación, lo que provoca que la parte «sádica» del acosador se despierte. Este último puede ser tanto un superior como un igual.
- Amenazantes: Personas activas, trabajadoras y eficaces. Ponen en evidencia lo establecido y pretenden implantar reformas. El acosador suele ser en estos casos un compañero.
Lo comentado hasta ahora es sólo un resumen que puede valer para hacernos una idea de lo que se considera mobbing y qué características suelen darse en los actores involucrados en el acoso laboral.
En próximas publicaciones se comentará qué papel desempeña la empresa ante esta situación, sus síntomas y si puede prevenirse o no el mobbing.
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