El Burnout, o síndrome de estar quemado, es uno de los principales trastornos relacionados con causas laborales, junto con los más que de sobra conocidos por todos como son:
- El estrés laboral.
- Acoso psicológico en el trabajo (Mobbing).
En 1981 Christina Maslach y Susan E. Jackson, definieron esta entidad clínica como «un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre los individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas«. Desarrollando un poco más esta definición, se entiende como:
- Cansancio emocional: se caracteriza por la pérdida progresiva de energía y fatiga, lo que dificulta la actividad laboral.
- Despersonalización: el sujeto desarrolla sentimientos, actitudes y respuestas negativas y esquivas hacia los demás, sobretodo hacia el destinatario final del servicio (cliente, paciente,…). Esto suele ir acompañado de irritabilidad y falta de motivación.
- Falta de realización personal: negatividad constante hacía sí mismo y hacia el trabajo.
El burnout puede aparecer en cualquier puesto de trabajo, independientemente de la actividad que se esté desarrollando, pero se ha demostrado que en aquellas que son profesiones vocacionales y de servicios a otros, son más propensas a que sus trabajadores sufran este tipo de trastornos, ya que suele existir una alta implicación entre el trabajador y el cliente/paciente.
¿Qué factores influyen más en la aparición del Burnout?
- La edad, aunque no es del todo influyente en la aparición de este síndrome, sí puede existir un período en el que el trabajador es más vulnerable. Suele coincidir con los primeros años de carrera profesional puesto que es cuando se «sufre» el proceso de Expectativa Vs. Realidad. El trabajador va aprendiendo que lo que esperaba una vez comenzada su «aventura laboral» no es lo que se encuentra cuando ya está metido de lleno en ella. A mayores expectativas idealistas, mayor riesgo de aparición del Burnout.
- Las personas con una personalidad rígida, inmadura, insegura, inestable emocionalmente y con una constante necesidad de admiración ajena, son más propensas a sufrir Burnout.
- Aunque pueda parecer extraño, y bastante cuestionable, también influye el estado civil. Las personas solteras, o que no tienen una pareja estable, son las más vulnerables a sufrir este síndrome. Esto puede ser debido a que suelen tener, en comparación con aquellas personas con pareja estable, un mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor despersonalización.
- Género, en este aspecto, aún no hay unanimidad en los diferentes estudios que se han realizado, por lo que no es extraño que nos podamos encontrar con algunas teorías que indiquen que el Burnout afecta de manera distinta a hombres y mujeres, y otras teorías que se postulen totalmente en contra de aquellas, no encontrando diferencias de este síndrome según el género.
- En un trabajo a turnos suele ser más factible la presencia del Burnout, aunque no suele ser una teoría muy generalizada ya que también depende del tipo de actividad que se desempeñe. De hecho, en los trabajos vocacionales suelen darse más casos de turnicidad, lo que aumenta la probabilidad de «acabar quemado».
- Podría decirse que los años de antigüedad también es un factor influyente para su aparición, pero hay diversidad de opiniones al respecto. Una de las más extendidas es que se dan dos periodos, siendo el primero dentro de los dos primeros años de experiencia profesional, y el segundo a partir de los diez años. Otros expertos dicen que los trabajadores más antiguos son los que menos niveles de burnout presentan, ya que de lo contrario, hubieran abandonado el trabajo hace tiempo.
- La sobrecarga laboral es el factor más importante a tener en cuenta, sobretodo para aquellos sujetos que se dedican a actividades asistenciales, ya que un aumento de este factor disminuye la calidad de las prestaciones que el profesional puede ofrecer.
- Seguro que más de uno incluiría también el salario, aunque este es más un tema motivacional, ya que no es del todo influyente, por lo menos como único factor aislado, para que se produzca en el trabajador el síndrome del que se está hablando en este post.
¿Qué fases se experimenta?
Según el profesor Dr. Iñaki Piñuel, el trabajador que padece este síndrome, suele atravesar por cuatro fases:
- Entusiasmo: elevadas aspiraciones, optimismo, energía desbordante y alta dedicación al trabajo.
- Estancamiento: producido al no cumplirse con las expectativas iniciales. Paso previo a la siguiente fase.
- Frustración: aparecen los problemas emocionales, físicos y conductuales.
- Apatía: la persona se deja vencer por un sentimiento de apatía muy pronunciado y que acaba por constituir el mecanismo de defensa ante la frustración.
Síntomas
Algunos autores, como por ejemplo Gil Monte o Fuertes Rocañin, entre otros, establecen una serie de síntomas que suelen asociarse a este síndrome. Son manifestaciones que suele presentar la persona afectada, pueden ser:
- Psíquicas:
- Poca autoestima y sin sentimiento de realización en el ámbito profesional.
- Dificultad para concentrarse.
- Sentimientos de fracaso, agotamiento e impotencia, así como depresivos.
- Nerviosismo e inquietud, lo que puede llevar a tener comportamientos agresivos hacia los compañeros y la familia.
- Se muestra más irritable y menos paciente.
- No muestra interés por su trabajo.
- Adopta una actitud cínica, no sólo hacia sus compañeros, sino también hacia los clientes/pacientes.
- Físicas:
- Dolores de cabeza.
- Problemas para conciliar o mantener el sueño.
- Dolores y/o molestias osteomusculares.
- Aparición de úlceras o problemas gastrointestinales.
- Taquicardia.
- Fatiga crónica.
- Conductuales:
- Aparición o aumento de conductas adictivas (tabaco, café,…).
- Aumento de absentismo laboral que puede llegar al abandono de la profesión.
- Dificultad para desconectar del trabajo y relajarse.
- Aumento de la irritabilidad y disminución del rendimiento.
- En el ambiente laboral:
- La calidad y la capacidad de trabajo disminuye considerablemente.
- Se enfrenta a menudo con los compañeros de trabajo.
- La comunicación es escasa o es muy difícil interactuar con la persona afectada.
¿Cómo intervenir si un trabajador puede estar padeciendo el Burnout ?
Si creemos que en nuestra empresa o entorno de trabajo alguien puede estar experimentando este síndrome – o simplemente queremos evitarlo-, existen algunas estrategias a nivel organizacional que pueden implementarse para mejorar tanto las condiciones, como el clima laboral, así como una serie de actuaciones a nivel individual para ponerlas en práctica sobre la persona que pudiera verse afectada. E incluso, en este último caso, sobre nosotros mismos para evitar «quemarnos».
Expertos en esta materia han elaborado algunas estrategias organizacionales cuyas medidas afectan directamente al sistema de gestión y estructura organizativa. Algunas de ellas, por ejemplo:
- Estructura de trabajo Horizontal.
- Mayor grado de autonomía en el trabajo.
- Cumplir la jornada laboral.
- Trabajo en equipo.
En cuanto a la estrategia individual, primordial ponerlo en práctica por nosotros mismos, aun existiendo algún tipo de estrategia organizacional ya implantada en la empresa o centro de trabajo. Algunas pautas o estrategias a seguir:
- Tener una adecuada preparación para el puesto de trabajo a desempeñar.
- Saber planificarse las tareas que tenemos que realizar, dando prioridad a aquellas que realmente son urgentes y/o importantes.
- Aprender técnicas de relajación y a relativizar los problemas. (Si tiene solución, ¿por qué te preocupas?, si no tiene solución ¿por qué te preocupas?).
- Hacer ejercicio.
- Desconectar al salir de trabajar. Por ejemplo, yendo al cine, salir con la pareja o los amigos,…
Estas son sólo algunas de las estrategias que se pueden aplicar, tanto a nivel organizacional, como individual. Muy recomendable ponerlas en práctica en nuestro día a día en el trabajo.
En la próxima publicación, hablaremos de otro de los principales trastornos relacionados con causas laborales que se ha detallado al principio de este post, el Mobbing.
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